miércoles, 1 de octubre de 2008

Comprar tiempo - para posible transposición

Escribo este relato porque es parte del proceso. (?)


Con la cadena por romperse, el manubrio fuera de cento y los dos automóviles persiguiendome, parecia una gacela herida escapando de dos felinos. A pesar de que ambos autos estaban aun bastante lejos me faltaba mucho para llegar a cualquier lugar seguro. Mientras pedaleaba con toda mi fuerza comencé a entender algunas cosas. Aquellos grandes del mundo, los que hoy son recordados y mencionados; esos genios de la música, el arte, la ciencia, la guerra, etc. Y es que siempre me había preguntando como es que Da Vinci tenia un concepto tan adelantando a su época; como Beethoven compuso obras que mientras estuvo vivo no pudieron reproducirse; como hay genet que de la noche a la mañana son millonarios. Ahora se como lo hicieron. Compraron tiempo.

Comenzaba a adentrarme en la ciudad de los containers y podía sentir los autos demasiado cerca, me decidí a usar lo que habai hurtado. Esta simple carta era el artefacto mas valioso del mundo. Tenia el diseño de un reloj tarotista y estaba ampliamente adoranda con dibujos hechos de alguna clase de papel negrp hiperdelgado. En el centro del reloj se apreciaba un signo extraño, a mi parecer un uno. Ya había visto como se usaba, pero arriba de una bicicleta a doscientos kilómetros por hora, comencé como haciendo malabares. Con la boca tome la carta por una de sus puntas, respirar por la nariz ya me costaba. Rápidamente con tan solo una mano en el volante y la otra escudriñando el bolsillo de mi pantalón, saqué mi encendedor. En tres intentos lo encendí y lo acerque a la otra punta de la carta. Se encendió al instante, el chispazo casi me deja ciego, pero no se consumía con rapidez. Comencé a temer por mi vida. En esos 5 segundos enloquecí, así que cuando llego a consumirse la mitad de la carta la apagué. Y junto a la llama también se extinguió la luz del mundo.

Sin pensarlo y olvidándome de los dos automóviles, frene la bicicleta bruscamente. Dos o tres escalofríos recorrieron mi cuerpo. Estaba en el mismo lugar, pero era como si fuese de noche. Más oscuro aun. Sin embargo los objetos habían perdido varios detalles y se les habían sumado otros: puntas, agujas y agujeros. La bicicleta y mi cuerpo eran lo único iluminado con alguna clase de luz cenital. Agujeros pensé, y recordé los automóviles, miré hacia atrás y allí estaban, como a cincuenta metros pero no se movían. Comencé a entender como funcionaba el tiempo que robe. Puse en marcha la bicicleta y no tan rápido como antes, empecé el camino hacia mi casa. No sabía cuanto tiempo duraría este trance, así que miraba mi reloj como un loco. Comenzaba a disfrutar de ese paraíso oscuro, tan silencioso, sin olor a nada, con una temperatura agradable. Me inspiraba sencillamente. Además iluminado como estaba, me sentía especial y único. Ese mundo se sentía mió y para mi. Pero de pronto escuche varios disparos como a veinte metros de donde estaba. Los sonidos habian venido de un callejón. Me acerque lentamente y espié. Eran tres hombres de traje iluminados como yo. Más me quede paralizado al ver que habían matado a una familia, un niño, la madre, y su padre. Los tres comenzaban a oscurecerse, como formando parte de aquel mundo. Los hombres miraron una un trozo muy pequeño de carta como la mía y luego sus relojes, al segundo siguiente desaparecieron. Estaba realmente asustado. Me fui de ahí rápidamente sin entender por qué habian matado a aquella familia. Pensaba y pensaba, mientras manejaba y miraba la mitad de carta que me quedaba.

Llegué a casa despues de media hora. Subí los dos pisos y entre a mi cuarto. Tome mi morral del suelo y comencé a meter las cosas mas importante de mi investigación, metí los recortes de diarios, fotos de los funcionarios metidos en la venta de tiempo y un libro de ciencias cuando sucedió. Media carta, media hora. Todo volvió a la normalidad. Me arrodille para desarmar la computadora lo más rapido que podía. Cuando saque el disco duro pasó lo que mas temía. Frente a mi, en mi propio cuarto aparecieron mis captores, al menos uno de ellos. Me quede inmóvil, mi cuarto era casi un cubículo de seis metros cuadrados y el estaba tan cerca que lo mire de arriba a abajo sin mover la cabeza. Vi el arma en su mano derecha y una carta apenas quemada en su mano izquierda, así comprobé mis doscientos pensamientos de como había llegado tan rápido. Su carta era diferente, se veían otro tipo de signos, también parecido a un uno, pero era mucho más complejo. Seguramente me habían estado buscando un año, o una década quien sabe.

Entonces me puse de pie lentamente y el sujeto levanto su brazo lentamente también, apuntándome. El sujeto susurro -No vamos a matarte-. Era obvio que si, pero no querían hacerlo en este mundo, como con la familia del callejón. Mientras me levantaba mire por mi ventana, había otro de ellos afuera. Era inevitable pensar como se iba a manchar mi cuarto con mi sangre. Me aferre a la esperanza de que no iban a matarme, al menos no en este mundo. Tome aire y como el rayo le tire el disco duro en la cara mientras corrí hacia el baño. El ruido del disparo fue increíblemente ensordecedor, amplificado por la reverberación de mi cuarto. Como un loco cerré la puerta del baño, me senté al pie y me apoye en ella; del otro lado el tipo ya estaba golpeándola y gritándome que salga. La bala me quemaba tanto el brazo y la sangre que brotaba parecía hervida. Me apresure a usar la carta, le prendí fuego y cerré los ojos, la carta se consumió.

Tras cinco segundos, con la velocidad de un rayo sentí un alivio total, no había dolor ni hemorragia. Era la magia del mundo oscuro. Me levante y abrí la puerta, me asuste al ver al tipo apuntando el cerrojo del baño. Lo rodee y salí corriendo de ahí. En las escaleras había cinco más de estos tipos. Todos detenidos en el instante en el que un velocista empieza su carrera. Afuera habían tres autos y diez sujetos más. Me sentía un conejo rodeado de perros de caza. Me alejé lo más que pude corriendo, la bicicleta estaba inserviblemente oscura, ya formaba parte de aquel mundo y no podia moverla. Mientras corría pensaba. En el fondo sabia que no tenia escapatoria, yo sin carta y ellos controlando tanta masa de tiempo siempre llegarían a mi. Recordé aquel oscuro callejón donde habían matado a esa familia. Quizá lo mejor sea esconderme pensé. Ya estaba muy cansado cuando me aproximaba al callejón así que seguí caminando. Antes siquiera de ver por el callejón, vi a la familia ascecinada, iluminados por una luz tenue. Tenian pocos detalles en su apariencia y me observaron. Fue un segado espeluznante. Inmediatamente después de esto volví al mundo normal.

Dos cosas ocurrieron instantáneamente, se oyó el sonido de los autos acercándose a mí y el dolor agudísimo en mi brazo volvió. Grite, sostuve el aliento y corrí hacia el callejón, ahí adentro di media vuelta puse las manos en la espalda y espere 2 segundos. El primero en llegar era el mismo tipo al que le había pegado con el disco duro. Tenía un enorme tajo que le recorría desde el pómulo izquierdo subiendo por la cien hasta la parte alta de la frente. //////// Me disparo sin dudarlo. Ya sabía lo que iba a pasar. Seguramente encubrirán mi muerte con alguna entúpida mentira. Me desplome en el suelo con la cabeza pegada al piso y las manos todavía detrás de mi cuerpo, empezaba a desvanecerme. El sujeto se fue y los autos encendieron sus motores. Agonizaba. La última sensación humana que tuve y que hoy me queda como recuerdo, es la pequeña quemazón que me ocasiono el trocito de carta que astutamente había arrancado a la carta la primera vez que estuve en el mundo oscuro. Hoy mi mundo.



Bien... prdon por los errores gramaticales y narativos.
Como que la relación con los dos autores es a mi entender bastante individual.
Goya: la estética y la utilización para el mal del tiempo, en ese mundo oscuro.
Ballard: Un mundo donde los que tienen el dinero para hacerlo, compran tiempo.
De todas formas es como que me aleje de Ballard al hablar de una carta con diseño tarotista. Eso parece más bien Mágico y ballard no trabaja ese ámbito. Quizá podríamos cambiarlo por otro artefacto... una capsula con liquido?? Pero abría que cambiar rotundamente el final de esta idea.. De todas formas mi cuestionamiento va más por l pregunta de si ¿REALMENTE SE REFLEJAN BALLARD Y GOYA EN ESTA NARRACION y en el futuro audiovisual?Leyéndolo se me hace una historia muy extensa para los tres minutos.

Quiza:...
Ballard Una realidad alterada donde se saca lo peor del ser humano y donde cosas extrañas para nosotros son completamente normales en su diegesis.
Goya Una realidad depresiva. Estetica vacia y una expresion concetrada. (?)

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